La política económica implementada durante la etapa porfirista fomentó en todo el país el interés por los ferrocarriles y, con ello, se planearon y consolidaron obras siginificativas en este ámbito. El sureste mexicano no escapó a este afán ferrocarrilero, especialmente el estado de Campeche.
Pronto los ferrocarriles mostraron su otra cara, ya que no fueron la panacea soñada por todos porque surgían múltiples problemas, hubo proyectos inconclusos y, los que sí pudieron concretarse, no resolvieron la precaria economía del estado campechano.
Transcurrieron más de veinte años, con el esfuerzo de inversionistas yucatecos, para lograr la comunicación ferroviaria entre Campeche y Mérida.
Así, durante el siglo XIX el ferrocarril campechano, el ferrocarril peninsular y los tranvías, se convirtieron en los proyectos de empresarios campechanos y yucatecos que, en su momento, tuvieron éxito. |